photo 4 (3)Todo empezó hace cuatro años cuando quise satisfacer mi curiosidad de a qué profundidad podía ir un cuerpo humano y a partir de esta pregunta comencé a abordar las respuestas, investigué en libros y en internet pero nunca obtuve la respuesta absoluta, así pues me di cuenta de que la mejor manera de encontrarla era intentarlo por mí mismo y aquí empezó todo. Al principio fue difícil porque el coste del proyecto necesitaba mucho dinero en logística y la experiencia de distintas personas en muchos campos para ampliar mi zona de confort al bajar y también en mi camino de regreso, por supuesto me reuní con muchas personas interesadas pero algunos no creían en mi proyecto, solo intentaban utilizar la situación para su propio beneficio y agendas.photo 1 (3)Finalmente encontré a las personas correctas en la ciudad de Dahab en el sur del Sinaí que pusieron toda su alma y su corazón conmigo para llevar a cabo el proyecto, creyeron en mí, utilizaron todas sus experiencias previas para realizar esa misión profunda y siempre me preguntaban ¿por quieres hacerlo? Mi respuesta fue que si estás esperando que alguien te abra la puerta, tendrás que estar esperando el resto de tu vida y la puerta siempre permanecerá cerrada.El año pasado finalizamos nuestro plan y seleccionamos los gases idóneos para esa profundidad a fin de evitar las principales patologías de buceo tales como la toxicidad del oxígeno, la enfermedad descompresiva, el síndrome nervioso de alta presión y la difusión isobárica de gases y empezamos a probar los gases seleccionados a poca profundidad. Modificamos algunos y al final decidimos el registro de los gases, que no fue decisión de una persona, fue una decisión en equipo.photo 5

Me sentía satisfecho y cómodo y mi zona de confort comenzó a ampliarse más y más especialmente cuando acudieron patrocinadores al evento.

Mi descenso me llevó 14 min. y cogí una etiqueta verificada por  Guinness, el adjudicador del récord mundial y otros testigos expertos, tuvimos unos doce testigos de distintas organizaciones y expertos en buceo técnico y comercial y también el adjudicador del récord mundial Guinness para verificar la inmersión. Mi ascenso duró 13 horas y 50 minutos por la descompresión. Tuve por compañía durante 6 horas un bebé de tiburón oceánico punta blanca, creo que quería darme la enhorabuena.

Después de llegar a la superficie me sometí a un control por parte del equipo médico que confirmó que mi estado era completamente normal, solo tenía una ligera deshidratación, me hicieron un seguimiento las 72 horas posteriores a la inmersión y lo encontraron todo perfecto. Mi experimento se ha realizado pero nunca me detendré.

Certificate

 

Felicidades a Ahmed Gabr y a su fantástico equipo por conseguir un Nuevo Récord Mundial Guinness de Profundidad de Buceo Autónomo de 332,35. metros.


Related Articles